No, no es lo mismo. En la foto vemos a un Cary Grant dispuesto a hacerse un jersey de punto,
pero no parece muy preparado para semejante tarea. Es decir, ganas,
disposición igual no le faltan… pero el pobre se lía: no tiene preparación.
Y aquí lo tenemos en batín y muy bien acompañado de su perro, al que se le ve dispuesto a
sumergirse en la interesante lectura del guion de una película de su amo. Sin
embargo, podríamos decir que preparado, lo que se dice preparado, el chucho no está. Por mucho que se empeñe, y aun a pesar de su evidente
disposición, no va a poder leer.
¿Y aquí? Aquí Cary Grant, en la película “Sospecha”, está completamente
dispuesto a matar a su mujer y, además,
preparado para ello, pues es un asesino consumado, un mala gente que se
casó con una anodina aunque adinerada mujer para cepillársela y quedarse con la
fortuna. Está preparadísimo porque ya se cargó a un viejo amigo suyo. Y la
leche del vaso está envenenada por él mismo…
Así que ya lo sabes: dispuesto y preparado son dos adjetivos
que expresan cosas diferentes. Espero que no te confundas nunca: si has leído este post, ya estás preparado.
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